domingo, junio 24, 2007

RECORDANDO A VIEJOS LUCHADORES POR LA LIBERTAD

DIARIO DE BURGOS
Una obra que desoye al silencio y llama a la memoria histórica
Unas 300 personas, entre ex presos, familiares, políticos y dirigentes sindicales, se congregaron ayer para inaugurar la escultura que homenajea a las víctimas del franquismo
Faustino Rizzi / Burgos

Caminando por calle Santa Águeda, a la altura del Teatro Clunia, el paisaje tiene ahora un nuevo elemento que lucha contra el silencio y el olvido. Donde se ubicaba la antigua prisión provincial, la escultura de un hombre y una mujer buscando su libertad rinde homenaje a todas las víctimas de la Dictadura, gracias a la iniciativa de la Asociación de Ex-Presos y Represaliados Políticos Antifranquistas.
Desde Barcelona, Valencia, Sevilla, Madrid y otros puntos de España llegaron los ex presos políticos del franquismo y sus familias. Más allá de la avanzada edad de varios de ellos, se mantuvieron firmes ante los embates del fuerte sol del mediodía, y luego de la inauguración se trasladaron a un hotel para compartir un almuerzo con sus ex compañeros de rejas.
El burgalés Gervasio Puerta es el presidente de esta asociación, con sede en Madrid. Nacido en Milagros, estuvo preso desde el 48 al 50 y desde el 61 al 65 en la prisión de Burgos. A los 86 años, demostró que su voz sigue tan firme y lúcida como en aquellos difíciles años de juventud. «Creemos que la historia que hemos vivido tiene que ser conocida por toda la juventud y el pueblo español. No venimos aquí con aire de revancha, sino para que se conozca también por el pueblo burgalés, que nos ayudó mucho», dijo Puerta, y destacó además las facilidades que recibieron desde el Gobierno municipal para el homenaje. El dirigente calificó de «histórico» el día de ayer, no sólo por la colocación de la escultura, sino porque aseguró que volvieron a encontrarse con muchos compañeros que no veían desde que obtuvieron la libertad. «Sencillamente reivindicamos nuestra historia, pero no buscamos venganza», aclaró.
LA UNIVERSIDAD. Antes de inaugurar la escultura, por la mañana colocaron una placa recordatoria en el Centro Penitenciario, en la que dejaron una mención especial para las muchas burgalesas que ayudaron a los hombres y mujeres allí encerrados. «La prisión de Burgos se caracterizó por ser una cárcel muy represiva. Concentró a muchos presos destacados que llegaban desde otrás cárceles. Al estar aislada y en muy malas condiciones de higiene, pensaban que moriríamos por enfermedades o hambre. Ese fue el objetivo que se marcó el Gobierno de Franco», manifestó Puerta.
A pesar de esto, el ex recluso señaló que en la década del 60 la situación fue cambiando, hasta el punto de lograr del Gobierno franquista «el reconocimiento y el respeto como presos políticos». Puerta agregó que la cárcel local «fue reconocida mundialmente como una prisión con mucha actividad política, donde se formaron muchos jóvenes en oficios y se crearon cuadros políticos». Por todo ello, se la conoció como ‘La universidad’. «Fue posible gracias al esfuerzo y unidad de todos los que estábamos allí», precisó.
Alejo Otero Besteiro, el autor de la escultura, explicó que su idea fue «representar a todos los hombre y mujeres, dentro de unas rejas, luchando por liberarse de ellas». El artista rehusó crear unas figuras «excesivamente dramáticas, porque el dramatismo ya lo habían sufrido y ahora quería recordar la dignidad de todos esos que ante enormes dificultades han perseverado en la lucha por la democracia y la justicia».