martes, febrero 22, 2011

Una mañana inolvidable (para pesar de unos pocos)

Emilio Sales Almazán, - 21 Febrero 2011

En la mañana de este domingo se ha inaugurado el monumento en Memoria de los represaliados en la localidad abulense de Candeleda


UNA MAÑANA INOLVIDABLE (PARA PESAR DE UNOS POCOS)

En la mañana de este domingo 20 de febrero de 2011 se ha celebrado la inauguración del monumento que se ha erigido en Memoria de los represaliados, de aquellos que fueron asesinados en la localidad abulense de Candeleda.

Un nutrido grupo de personas se han unido en un acto huidle pero muy emotivo para recordar a aquellas personas desparecidas en trágicas circunstancias por luchar en defensa de la legalidad republicana.

El monumento que se ha levantado dentro del cementerio de esta localidad impresiona dentro de su sencillez, una alegoría de la República con la bandera tricolor acompaña a un poema de Marcos Ana que, por cierto, debido a un accidente no ha podido estar en este acto.

Como es habitual el respeto de los asistentes en el recinto ha presidido este homenaje del que espero sea un hecho que se perpetúe en el tiempo para honrar a estas personas que nos precedieron en defensa de la libertad.

También hay que hacer referencia a la actitud de una media docena de ciudadanas (como es usual utilizo un adjetivo generoso para estas personas) que han estado provocando con sus gritos e insultos. Hay que ser generoso ante la incultura, ante el analfabetismo inducido por sus actitudes propias del facherío más despreciable, y es que una persona que exhibe una bandera de la actual Constitución y da vivas al dictador y canta el cara al sol, debe de estar muy equivocada o su visión de la historia está mediatizada por el “talibanismo” del que hacen gala estas personas. Que se profiera arribas a un régimen que sembró el terror (y por lo tanto dirigido por terroristas) demuestra que después de años de democracia algo falla para que en este santo país se haga Justicia, se sepa la Verdad y se formalice la Reparación a las Víctimas del franquismo.

Y como acto dedicado a las Víctimas del terrorismo fascista no es de recibo que los pacientes asistentes sufran con estoicidad las imprecaciones de estos personajes. Las fuerzas de seguridad allí desplazadas, en un número bastante considerable, fueron testigos de tales actuaciones y en ningún momento hicieron el menor gesto para demandar a estas que cesaran en su actuación y si no tomar nota de las que intentaban reventar este acto democrático, patriótico (es un homenaje a los verdaderos patriotas españoles) y legal. Lo máximo que expusieron fue que no había ningún incidente. Es lógico, nunca hemos planteado nuestros actos como provocaciones dado que tenemos la gran ventaja de defender la decencia de nuestros deudos, ¿Qué hubiese pasado de suceder las cosas al revés? Imagino que el mal menor sería alguna contusión, cuando no hubiéramos pasado por algún cuartelillo.

Cuando se acerca el treinta aniversario del frustrado golpe de estado y me cuentan que ese día acabó la transición y comenzó la democracia, me pregunto a que democracia se refieren, que país describen en el que todavía miles de asesinados están en campos y cunetas y que cuando se intenta homenajear los demócratas tenemos que soportar a la más rancia pestilencia insultar e intentar boicotear.

Emilio Sales Almazán

Este escrito fue leído por los organizadores al final del acto:

Amnesia

Aún hay quien piensa que la amnesia es una enfermedad mental, una grave dolencia que, sea como consecuencia de lesiones patológicas o seniles, provoca la pérdida de la memoria.

Así de injusto es el juicio de la gente y de equívoco el diccionario.

La amnesia, y quien la disfrute me dará la razón, es uno de los más preciados bienes de los que disponemos los seres humanos.

Gracias a ella, los más repugnantes crímenes quedan relegados al silencio, a buen resguardo en archivos oficiales del rumor de las esquinas, para que puedan blanquear los asesinos sus oscuros expedientes y seguir aplaudiendo la sociedad sus virtuosas trayectorias, que ya se ocupará la amnesia de transformar al ladrón en probo, al canalla en benemérito, al pecador en santo, y al mentiroso en periodista.

La amnesia observa la propiedad, además, de que una sola dosis es capaz de vacunarnos contra cualquier posible suspicacia y, como se contagia, al conjuro de unos cuantos ilustres eruditos en las artes de la infamia, podemos los demás recuperar nuestra apacible existencia.

No hay crimen, por execrable que parezca, que no pueda la amnesia relegar al insoluble olvido; no hay robo, por más evidencias que lo delaten, que no sepa la amnesia convertir en honesto patrimonio; no hay patraña, por más burda que resulte, que no alcance la amnesia a transformar en patria historia.

Ni siquiera es preciso que el tiempo, que hasta lo indeleble desvanece, borre los vestigios del crimen porque antes, incluso, de que seque la sangre, ya el asesino será aclamado como santo varón y elevado a la gloria.

Y son tantos los impunes delincuentes fungiendo de demócratas caudillos, que ni siquiera nos queda a los humanos la esperanza del cielo en la otra vida, que ni a la derecha de Dios íbamos a estar tan bien acompañados.


Koldo Sagaseta

Rebelión